El camino de las risas
Nos levantamos alterados y con prisas pensando que eran las 07:00 de la mañana, pero no eran las 5:30 cuando nos levantamos, pero bueno ya en pie no íbamos a volver a dormir así que preparamos todo y nos pusimos en marcha.
Saliendo del albergue a unos 50 metros de él vimos a nuestras amigas las peruanas que no se atrevían a pasar la oscuridad en la que estaba metida el camino ya que eran las 06:00 de la mañana, bueno nosotros tuvimos suerte y dos vascos de Vitoria encendieron la luz que llevaban en la cabeza y no nos separamos de ellos. Empezamos a hablar y era como estar viendo una buena película de risa, no te parabas de reír.
Saliendo del albergue a unos 50 metros de él vimos a nuestras amigas las peruanas que no se atrevían a pasar la oscuridad en la que estaba metida el camino ya que eran las 06:00 de la mañana, bueno nosotros tuvimos suerte y dos vascos de Vitoria encendieron la luz que llevaban en la cabeza y no nos separamos de ellos. Empezamos a hablar y era como estar viendo una buena película de risa, no te parabas de reír.
Bueno después de unos cuantos kilómetros nos paramos a desayunar en un albergue chiquitito, moderno y de madera. Desayunamos pan con tomate y un descafeinado con zumo de naranja. Unos extranjeros se habían ido sin pagar y el jefe del albergue estaba muy enfadado. Bueno pagamos y nos pusimos en marcha otra vez con un ritmo un poco más lento ya que era bajada y te podías hacer daño en las rodillas.
Nos paramos en un pueblo a tomar un queso, que nos dijeron que allí eran muy buenos. Seguimos el camino con los vascos y no parábamos de reír.
Pero tocaba separarnos ya que nuestro albergue estaba a la izquierda del camino y teníamos que desviarnos.
Nos despedimos y nos pusimos camino al albergue que estaba a un kilómetro, los vascos nos hablaron de una pulpería en Melide y un paralímpico que firmaba con sellos de cera caliente. Bueno llegamos al albergue y nos preparamos todo para la noche, comimos y ya por la tarde fuimos a por el pulpo y a visitar al paralímpico que se había hecho el camino,¡nada más y nada menos que 800 veces! Su nombre es Lonut. Bueno el pulpo estaba muy bueno.
Nos despedimos y nos pusimos camino al albergue que estaba a un kilómetro, los vascos nos hablaron de una pulpería en Melide y un paralímpico que firmaba con sellos de cera caliente. Bueno llegamos al albergue y nos preparamos todo para la noche, comimos y ya por la tarde fuimos a por el pulpo y a visitar al paralímpico que se había hecho el camino,¡nada más y nada menos que 800 veces! Su nombre es Lonut. Bueno el pulpo estaba muy bueno.
Ya llegamos al albergue charlamos con las peruanas y nos fuimos a descansar.
Los vascos La Huella El proyecto
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