EL CAMINO DE SANTIAGO BY SON & MOM: Etapa 28 y 1/2 del Camino de Santiago by Son

A las 7:00 de la mañana ya levantados y con todo en marcha nos pusimos a caminar. Yo como en la caminata anterior tuve frío me puse el cortavientos y el pantalón largo para caminar tranquilo y con una buena temperatura.

Al ser tan pronto la niebla estaba muy baja y como unos íbamos a un ritmo y otros a otro a los cinco minutos después de decirles buen camino no les veíamos para nada. La niebla cada vez iba subiendo y ya veíamos a todos los peregrinos que habíamos pasado a lo largo del camino.
Después de una hora y pico caminando nos paramos a desayunar un desayuno muy peculiar, me tome unos pimientos del padrón y un pincho de tortilla de patata, jeje, ¡buen comienzo! En ese bar nos encontramos a Mario, salió antes pero iba a paso lento y parándose en muchos sitios al igual que Esperanza que hacia una foto a cada piedra que veía, jeje que iba acompañada de una chica muy simpática.
Llegamos a Palas de Rei donde fuimos a un hospital, sólo era una sobrecarga aunque fueron 30 minutos porque la chica de recepción no se aclaraba. Bueno fuimos a una farmacia a comprar una pomada y nos paramos en un bar a tomar una Coca-Cola y mientras tomábamos la Coca-Cola vimos a un grupo de 50 bicis, entre ellos 20 niños más o menos.

Saliendo del pueblo estábamos un poco perdidos pero leyendo las señales pudimos continuar el camino con un paso más rápido que el anterior.

A 5 Km de Melide donde teníamos reservado a mi madre le entro una cuentitis bastante grave y tuvimos que pedir un taxi. Ya llegamos a nuestro albergue, el albergue “San Antón" muy bonito y morderno con una terracita bastante agradable donde podías pedir un refresco o café en este caso yo me pedí un descafeinaito. Mientras mi madre se duchaba yo me fui a ver quien había por la terraza y adivinar a quien me encontré, jeje, a mis dos amigas. Me tumbe con ellas y luego después de un rato charlando, una madre y su hijo me dijeron de jugar al parchís con ellos, empezando la partida solo me salían unos y doses, estaba que estallaba. Pero al final con un poco de suerte gane la partida.

Mi madre llego a la terraza y después de otro ratito se fueron Rocío y ella a comprar la cena. Se encontraron a los de los chupitos que gritaban felices ¡hemos llegado, hemos llegado! Después de cenar nos fuimos a la cama para descansar y pasar una buena noche. Al irnos a dormir Rocío se encargó de apagar la luz pero indecisa empezó a encender y a apagar, como se creía que había un señor leyendo la volvió a encender y luego a apagar, toda la habitación nos reíamos y ya después si nos dormimos.