viernes, 18 de septiembre de 2015

Etapa 27 del Camino Francés

Es de noche en Sarria pero el movimiento en las literas hace que miremos el reloj, las 07:00 nos hemos dormido enano! En 15 minutos estábamos casi saliendo por la puerta del convento. Estaba clareando pero aún así la sensación de, ¿pero a dónde vamos a estas horas? se me pasaba por la cabeza pero al ver al enano a tope de energía y entusiasmo, enseguida se me borró y comenzamos a andar a toda pastilla adelantando a todos los peregrinos, que alucinaban al verme con un niño (había muy pocos cosa que me sorprendió porque pensaba que íbamos a encontrar cientos de ellos) y todos nos decían “buen camino”, a estas horas bajito
Lo primero que encontramos curioso y para nosotros sorprendente, fue a un chico que tenía montada una mesa llena de plátanos y al lado un sello, tinta y un boli, os explico: la credencial es un desplegable con muchas casillas vacías para ser rellenadas con las estampas o sellos que se encuentran en todos los lugares que te puedas imaginar, bares, conventos (fue nuestro primer sello), tiendas, albergues, caminos,etc. Pero lo sorprendente es que estaba ahí desde vete tu a saber que hora, para ayudar a los peregrinos en su camino, nos encanto! cogimos un par de plátanos y le dimos la voluntad

Sobre las 08:30 desayunamos con un montón de peregrinos que charlaban de su camino, dolencias, ampollas varias y dolorosas, de todos los sellos que llevaban y había un grupo que pidieron cafés, tostadas y chupitos de ORUJO para todos (gas o gasolina como dicen para poder funcionar) nos quedamos alucinados, pero pasados los días vimos que era algo normal

Seguimos camino y el enano iba charlando con el primero que se le acercaba, de lo que más le gusta y sabe...el fútbol y claro está, presumiendo de su equipo el Real Madrid
Nos encontramos con Mario y Esperanza y fuimos juntos prácticamente hasta llegar a Portomarín donde cada uno se fue a su albergue a descansar de los 22,5 km que habíamos dejado atrás.
Nosotros vimos un poco el pueblo, comimos y al decirle al enano que buscáramos un taxi o un autobús que nos llevara hasta Ventas de Narón, se quedó mirándome serio y me espetó a la cara; -¡mamá, no he venido al camino de Santiago a coger ni taxis, ni autobuses! Yo me moría de la risa y al mismo tiempo orgullosa pero también algo preocupada porque nos esperaban 13,5 km más y hacía un calor importante, pero tenía toda la razón del mundo, así que tiramos millas, charlando, riéndonos, merendando fruta que habíamos comprado en Portomarín, tirando piedras pero sobre todo disfrutando del paisaje y de nosotros.

Al llegar a un pueblo antes de nuestro destino, paramos a descansar y había un grupo de chicos y otro de chicas, la conversación que tenían era muy graciosa. Uno de ellos decía que el camino de Santiago debería estar en círculo para que no se terminara nunca y sólo los que quisieran terminarlo, salieran de él.
Y que ellos eran el grupo de los majos, a lo que la chica le contestaba diciendo que era lo primero que habían oído al llegar a Galicia, que había un grupo de tíos majos por el camino, jajajajajaja nos partíamos!
Es lo bueno que tiene hacer este viaje, que cada uno puede hacerlo por el motivo que quiera, religioso, deportivo, conocer gente,  por una gran penitencia, para dar gracias por algo y el de este grupo majo el motivo es claro, o no?

A 1 Km nos encontramos con una vaca dejando mamar a su ternero, creo que para el enano era la primera vez que veía esto en directo y le emocionó, la verdad es que en las grandes ciudades es difícil ver estas cosas con la naturalidad mas simple que te brindan estos lugares
Por fin llegamos a nuestro primer objetivo, estábamos reventados (creo que fue demasiado pegarnos esa paliza el primer día), pero felices
Hicimos el check in en el albergue y recogimos las mochilas que habían viajado confortablemente en una furgoneta por 3€. Esto hay que explicarlo aquí, porque la gente piensa que para hacer el camino hay que sufrir llevando una mochila al hombro y ser más auténtico, yo sinceramente respeto a todo el mundo y cada uno que lo haga como quiera. Yo veo siempre a Santiago de Compostela, con una túnica, unas sandalias y su bastón, no digo nada

Entramos en la habitación del albergue y nos encontramos con una familia de ecuatorianos muy majos, que dejaron a Míkel una crema natural para echarse en el muslo que lo tenía sobrecargado y dos chicas de Perú pero desde hace 20 años residentes en Valencia, Rocio y Cinzia su sobrina.....serán nuestras compañeras de albergue y amigas hasta el final.

Cenamos después de una merecida ducha (con intento de hidratarme la cara con pasta de dientes, fueron unas buenas risas que se echaron las peruanas a mi costa y yo al unísono) y el dueño del albergue invitó al enano a ir en busca de comida para sus vacas con la condición de que fuera él quien manejara el tractor, para qué más! salió disparado, después de mirarme con cara de....¿me dejas, no? como si no hubiera andado 35 Km, qué tío!
Así que me tocó salir como buenamente pude, porque os digo que después de tantos kilometros, una ducha y sentarte a cenar e intentar andar, haces todo menos eso. ¿Qué clase de brujería me pasaba en las piernas y en los pies? y el enano tan pichi, no entendía nada hasta que vi que casi todos estábamos embrujados.

Volvían Don Luis y Míkel en el tractor de un prado cerca, donde tenía almacenado los fardos de trigo y lo llevaron al granero conducido por el fiera, qué estaba feliz! Dimos de comer a las vacas, soltamos a los terneros que corrían como posesos para mamar de sus madres y con esta maravillosa imagen nos metimos en los sacos, a soñar.

Buenas noches amor❤️ y cía



                   Conductor de primera en Ventas de Narón
                                     



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